Guti o la inconsistencia de la ignorancia

Tremendo partido de Guti. Tremenda lección de fútbol ofensivo, a toda velocidad, con claridad de mente y de ejecución, con delanteros que interpretaron sus pases y con defensas perdidos entre la maraña de velocidad y presencia que imprimió ayer el denostado canterano.
Guti es muy bueno, muchas veces es casi genial. Lleva años, más de una década, en el Real Madrid y mucha gente dice que es el mejor del equipo. Varios entrenadores lo han tenido y muchos compañeros lo han alabado. Hace equipo y sobre todo, demuestra amor por el club, al que defiende siempre.
Pero Guti se equivoca. Lucha contra quien no debe y critica a quien debería alabar. Se refugía en el apoyo de cierto "perrodistas" madridistas que le defienden a capa y espada, y nunca, nunca ha hecho un análisis de conciencia. Uno muy sencillo: "¿soy tan bueno como puedo ser? ¿puedo ser mejor futbolista? La respuesta es simple, no y sí. Y es una pena, porque si Guti se hubiera esforzado en ser el mejor, en ser el santo y seña del Madrid y de la Selección en lugar de Raúl, estos últimos años, otro gallo nos hubiera cantado. Estoy seguro de que hubiesemos tenido otro balón de oro español.